El viaje


 Cómo se desarrolla el viaje 

PREVIO AL VIAJE
Al reservar este viaje, se te pedirá tu fecha y hora de nacimiento. Con eso, el Amauta elaborará un perfil cosmológico y astrológico basado en la astrología occidental, astrología maya, astrología china, cosmología maya y cosmología andina. Esto le dará al Amauta una radiografía energética de cada persona. Durante el viaje el Amauta introducirá a cada quien a su cuerpo de energía astral y ayudará a identificar el destino y misión cósmica de cada individuo, así como sus obstáculos, fuerzas y debilidades; algo indispensable para las posteriores  ceremonias e iniciaciones.

LOS ANDES 

Día 1. Arribo a La Paz. Como si no bastara el cambio brusco al que te somete el vuelo de la ciudad de Lima -ubicada a nivel del mar- al aeropuerto de La Paz en el Alto -a 4,080  m.s.n.m-, la hora de llegada al altiplano andino es a las incómodas 4 de la madrugada. Una llegada nada vistosa ya que no se puede apreciar nada afuera del aeropuerto más que la desagradable temperatura bajo cero. Por suerte, dentro de la terminal aérea, hay calefacción. Ahí estará el Amauta Katari junto con su asistente para recibir al grupo con un aliviador y caliente mate (té) de coca, el remedio ideal para el mal de altura. Llamado localmente “sorojchi”, sus síntomas tardarán un par de horas en hacerse sentir, normalmente con una jaqueca moderada que deberá desaparecer al día siguiente. Un taxi nos llevará al hotel a descansar inmediatamente, hasta desayunar tarde por la mañana, alrededor de las 10. Después, continuar con el reposo es recomendable. Para aquel que se sienta fuerte y con energías, tiene la opción de salir a explorar por su cuenta, o si lo desea, el Amauta los puede llevar a conocer algo que les llame la atención. La comida y la cena será según convenga a cada quien, afuera, o si prefieren en su habitación.


Día 2. La Paz, aclimatación. Este día algunos se sentirán aún cansados, así que las caminatas se mantendrán cortas y habrá largos periodos de descanso, especialmente después de las comidas. Por la mañana el Amauta los llevará en taxi a conocer algún museo, como puede ser el museo de tiwanakuel museo del textil andino, el museo de etnografía o el museo de la coca. Por la tarde el Amauta los llevará a hacer las compras de objetos para los rituales y ceremonias posteriores, en la concurrida "calle de las brujas". Aquí, distintas vendedoras ofrecen  un sinfín de objetos para realizar ceremonias. Desde inciensos, copales, semillas y plantas medicinales; hasta plumas de cóndor, pieles de oso,  garras de jaguar, pociones brasileñas e inimaginables amuletos y talismanes.  Sus puestos son muy vistosos y llamativos, lo que lo hace una atracción singular digna de visitar y ser comprendida.

Día 3. Viaje a Tiwanaku. Primer círculo de poder. Este día la gente se sentirá mejor y con más fuerza. Desayunaremos temprano y nuestro transporte privado nos llevará al milenario sitio arqueológico. En el camino nos detendremos a contemplar paisajes del altiplano.  Llamas, nevados y casas de adobe complementan las vestimentas de los indígenas aimaras. Una vez en Tiwanaku, Amauta nos introducirá a las verdades y misterios de esta ciudad ancestral  y ombligo planetario. Con una sencilla ceremonia, el Amauta nos enseñará a mascar coca, con lo que lograremos estar más alertas, despiertos y conectados para escuchar la verdadera y oculta historia del génesis universal y de la humanidad. 

Este día almorzaremos un plato típico de los Andes que no ha cambiado en su preparación probablemente desde la existencia de Tiwanaku, hace más de cuatro mil años. El "wallak'e" consiste en una sopa de un pescado llamado "carachi" endémico del lago Titicaca, cuya existencia data de hace varios millones de años, datos comprobados gracias a la existencia de fósiles del mismo pez encontrados en las cercanías del lago. Es un plato ancestral preparado con un fósil viviente, Lo ideal para alimentar la recién recibida información de los orígenes de la humanidad.

De regreso en La Paz, si lo desea el grupo, se puede visitar el emblemático bar paceño "boca y sapo", donde la cultura boliviana se toma, se escucha y se masca, en compañía de famosos artistas y músicos bolivianos que frecuentan el bar. La primera ronda de bebidas está incluida en el programa. Si esta actividad no se realiza esta noche, se puede dejar para otro día cuando convenga al grupo.


Día 4. Caminata por el valle de las ánimas. Segundo círculo de poder.  La visita al bar de la noche anterior es opcional ya que este día hay que levantarse temprano para poder realizar esta importante actividad. Después de desayunar, un transporte privado nos llevará al final de uno de los barrios de la ciudad. Aquí, las últimas casas se mezclan con un paisaje andino que se hace más y más interesante conforme se aleja uno de la ciudad. Una serie de formaciones geológicas espectaculares le dan el nombre al "valle de las ánimas", por donde emprenderemos nuestra larga caminata. Viscachas (un animal peculiar de los Andes que parece la mezcla de un ratón con conejo) y liebres gigantes sorprenden a los intrusos cuando  accidentalmente se acercan a sus escondites. En el lecho del río, piedras amatistas rodadas resultarán un idílico talismán y suvenir. El valle pedregoso excavado por la erosión del rio pierde profundidad conforme se sube y se convierte en una pradera de pastizales donde muy posiblemente nos podamos acercar a llamas pastando. Si la noche anterior nevó, es a partir de aquí que comienzan los campos nevados o remanentes de nieve. Una pequeña escalada nos saca finalmente del valle para llegar a una impresionante altiplanicie  o "pampa".  Las ondulantes y suaves colinas pintan un mar amarillo sobre el cual descansan los imponentes nevados de la cordillera real, que sólo a partir de aquí se divisan. En este lugar, a 4,500 m.s.n.m., nos sentaremos a realizar una ceremonia, nuevamente con la asistencia de la sagrada hoja de coca.  Este pequeño círculo de poder servirá para que el Amauta le presente a cada quien su cuerpo de energía cósmico y astral. El nuevo nombre andino será elegido en este momento y "sembrado" en una pequeña ofrenda frente a los guías maestros, los "achachilas", o dioses de las montañas. Si nos responden favorablemente, enviarán un cóndor como señal de buena suerte. Si no, es porque el cóndor nos aguarda en algún otro paraje de los Andes. Este día la comida será un abundante y apropiado "lunch" que llevaremos. Terminando la ceremonia, el camino de regreso se logra en la mitad de tiempo y esfuerzo.

No pareciera que a pocos kilómetros de tan inhóspitos y espectaculares paisajes cordilleranos se encuentre una ciudad de un millón setecientos mil habitantes. Al terminar la bajada, las primeras casas y calles son un drástico recordatorio de la capacidad de adaptación que los pobladores de esta región heredaron de su tierra natal. Nuestro transporte ahí nos espera para, barrio abajo, llevarnos a cenar a casa de un personaje ilustre de las tierras Bolivianas: don Miguel Gruiddozz. Ingeniero gemólogo, antropólogo, orfebre, artista, minero, proyectista y explorador incansable de los rincones más alejados de Sudamérica son algunos de los atributos que harán de este maestro una experiencia enriquecedora para poner un majestuoso final a esta larga jornada.



Día 5. Viaje al Lago sagradoUn buen descanso nos tendrá reposados para realizar este corto viaje hacia Copacabana, un antiguo poblado enclavado en el Lago Titicaca. Durante el viaje nos detendremos a contemplar las infinitas terrazas agrícolas, las cuales sólo una pequeña porción son utilizadas aún; evidencia de que en un tiempo pasado este lugar fue habitado por muchísima más gente. Después de dos horas de viaje, tendremos que cruzar el estrecho de Tiquiña, un tajo aparentemente natural que une lo que en realidad son dos lagos: el lago mayor y el menor, o Wiñay Marka. Si no fuera por este estrecho, serían dos lagos distintos. Existen muchas evidencias de que este tajo no fue creado por la naturaleza, sino por el hombre.  Copacabana se ubica en la península que divide ambos lagos y para llegar ahí hay que bajarse de la movilidad y cruzar en bote. Una hora después llegamos al hogar de la Virgen del lago, figura boliviana de igual magnitud que la virgen de Guadalupe en México. Copacabana es su santuario, un centro de energía lleno de misticismo y magia. Almorzaremos aquí y pasaremos la noche, visitando por la tarde los rincones más especiales del lugar.  Por la noche veremos la película "postales del lago" una producción de calidad reciente filmada aquí.


Día 6. Viaje a la isla del sol. Fuente de la juventud. A pocas cuadras del hotel, después de desayunar, estará esperando un bote que nos llevará a realizar  un recorrido por el Lago. En vez de regresar a Copacabana, el navío nos dejará en la isla del sol. La isla brota del agua abruptamente, como una montaña que se asienta en el fondo del lago y sobre el agua asoma su cima. Una bahía sirve de puerto, donde nos bajamos. Aquí se encuentran las llamadas "escaleras del inca". Algunos escritores e investigadores hacen referencia de ese peculiar vestigio arqueológico como "la fuente de la juventud".  Una naciente de agua es canalizada por un acueducto de piedra que corre a un costado de  una serie de escalinatas que en su totalidad suman mil.  Una fuente magníficamente labrada y funcional en la parte baja de las escalinatas invita a lavarse y purificarse para comenzar a subir el largo trecho. Las escalinatas terminan pero el cerro no, y hay que llegar a su cima. Doscientos metros por encima del nivel del lago,  está la cumbre de la isla. Ahí se encuentra el poblado de Yumani, donde se ubica nuestro hotel. Una increíble vista azul del lago es coronada por el macizo  Illampu, el nevado más alto de la cordillera real, cuyo manto blanco se refleja en las aguas cristalinas del lago.



Día 7.  Convivencia con indígenas aimaras. Búsqueda de visión con Achuma. Dormir, comer y amanecer en este lugar es literalmente hacerlo en la cima de una montaña. Pasar largos ratos contemplando el paisaje es necesario. El desayuno nos tendrá listos para hacer una larga caminata a la comunidad de Challapampa. Ahí conviviremos con una familia indígena aimara, participaremos en sus actividades y comeremos con ellos su comida típica y orgánica, dentro de sus casas de adobe. Dependiendo de cuál sea su actividad para ese día, podremos ir a pescar, sembrar papas o realizar otras actividades junto con ellos. Toda una jornada completa para  experimentar la vida del indígena altiplánico aimara en carne propia. Para después de la cena, nuestro chamán especializado en Achuma estará listo en el sitio arqueológico "la chinkana" para realizar la búsqueda de visión. La ceremonia durará toda la noche. Para los que deseen, pueden retornar al hotel a descansar en cualquier momento.

  
Día 8. Descanso, meditación y contemplación en la Isla del Sol. La búsqueda de visión con Achuma habrá hecho cambios permanentes en la capacidad de percepción de cada participante. Darse un día para meditar, descansar y contemplar es un lujo que en este viaje nos podemos dar, y para el cual está designado este día.

Día 9. Regreso a La Paz.  Emprender el camino de regreso resulta más difícil emocionalmente -por la tristeza de dejar un paraje tan bello- pero físicamente es más fácil, todo es de bajada. Siguiendo la corriente que desciende de la fuente de la juventud, subimos al bote y regresamos a Copacabana. Ahí tomamos almuerzo y nuestro chofer nos lleva hacia la ciudad de La Paz. El retorno a la ciudad resulta ser un final feliz, donde nos espera la familia del Amauta en su casa para recibir al grupo con un festín casero, seguido de historias de sus vidas y experiencias en las exóticas tierras bolivianas.


Día 10. Consultas con Curandero Andino.  Este día ofrece descanso y tiempo libre para realizar actividades a conveniencia. En el transcurso de la jornada, cada integrante del grupo tendrá una cita para una consulta personal con el Kayawalla Mario.  Con la ayuda de la lectura de hojas de coca, Mario puede interpretar padecimientos ya sean físicos o espirituales. Cualquier dolencia o enfermedad puede ser consultada con Mario para que él recete un tratamiento apropiado. Los tratamientos serán aplicados en su comunidad a la cual viajaremos el día siguiente. Mientras cada quien asiste a su cita, los demás tienen tiempo libre. Este día sólo se juntará el grupo completo para desayunar, comer y cenar. Si lo desean, Amauta los puede acompañar a hacer compras inteligentes de objetos muy especiales que solo aquí se encuentran, como tejidos, instrumentos musicales, abrigos de lana de alpaca, etc.


Días 11-15. Sanación en la comunidad de Curva, cordillera de Apolobamba. Junto con el sol nos elevamos de la cuenca de La Paz tomando camino hacia el Lago Titicaca. En vez de desviarse hacia Copacabana, seguimos bordeando el lago hasta que la carretera gira hacia el norte y comienza una  larga subida. Entramos dentro de la reserva de vida silvestre Apolobamba, el refugio natural con la mayor población de vicuñas salvajes en el mundo. Gracias al transporte privado podemos bajarnos, tomar fotos e intentar acercarnos a estos tiernos y simbólicos animales. Un alejado poblado nos servirá de lugar para descansar y comer. El poblado se encuentra a una altura de 4,500 m.s.n.m y es perceptible en el aire, en las paredes, en las desiertas calles y en los rostros despejados de los pobladores; es el punto más alto sobre el camino.  A partir de aquí comienza la bajada en lo que pronto se convierte en una estrepitosa e infinita cañada, por la cual comenzamos a descender.  Una hora antes de llegar, y unos cuantos cientos de metros por encima, se divisa el singular pueblo de Charazani, en el fondo del valle.

Las enigmáticas calles empedradas adornadas con casas antiguas ameritan una breve parada en este pueblo, famoso por sus mujeres hermosas. A un par de kilómetros del poblado, nos detenemos a purificarnos en un balneario de aguas termales. Después continuamos nuestro viaje disfrutando de los imponentes paisajes cordilleranos, la eminente peligrosidad del camino le dará un toque de adrenalina y emoción al viaje. La tensión encuentra  fuga sublime al pasar por pequeñas comunidades de una riqueza visual y paisajística que supera cualquier libro de fantasía. En lugares donde la piedra de la montaña es violeta, las casas son construidas con la misma piedra, con techos de paja y jardines llenos de flores. Más adelante, la montaña se torna negra y amarilla; y los diminutos poblados y sus diminutas casas también. Este es de los pocos lugares en el mundo donde la realidad supera la ficción. 

Finalmente llegamos al poblado de Curva, hogar de nuestro Kayawalla Mario. Aquí se encuentra una pequeña laguna donde se aprecian gansos y diferentes aves migratorias que la utilizan como parada de descanso. Muy cerca del agua, un puñado de casas de piedra y adobe que se confunden con el color ocre de la montaña serán nuestro hogar por los siguientes cuatro días. El patio de Mario es amplio y caben nuestras tiendas de acampar cómodamente. La cocina típica andina de su mujer se ubica en una pequeña y derruida choza, que alberga los juguetones juises, o conejos de guinea. Sus nidos los construyen debajo del fogón, y comen las cáscaras de alimentos que ahí se preparan; cuando no son ellos los que están siendo preparados. En una esquina del terreno, se aprecia la punta del nevado Akamani, que sobresale por encima del cerro que domina la aldea. 

Las actividades que realizaremos estos días se acomodarán según el clima y la organización que dicte Mario. Algunos padecimientos médicos requieren de complejos tratamientos que el Kayawalla efectuará a cada persona en el trascurso de estos días. Un bautizo andino en el río  para despojarse de toda mala suerte está programado junto con una costosa ofrenda que se realizará en grupo para llamar  la atención de los dioses-cerros o apus. Una caminata larga por los caminos sagrados será indispensable para apreciar la belleza paisajística y acercarse al nevado Akamani, de más de seis mil metros de altura y que nunca ha sido escalado.  Participar en las labores cotidianas de los Kayawallas será también una actividad imperdible, donde nos transmitirán su sabiduría de la madre tierra y las fuerzas del universo. Ver el vuelo del cóndor es algo obligatorio para recibir la plena bendición, y el ojo encontrará asombro al contemplar la el infinito valle sobre el cual estaremos; inmensidad visual que no habrán conocido en otro lugar.  Cinco días y cuatro noches apenas bastarán para dejarnos la sensación de haber vivido aquí, y gracias a los Kayawallas estos cinco días valdrán como mil de tanta información y conocimiento que nos habrán dejado. Al irse de aquí, se habrán despojado de toda mala suerte y enfermedad; y regresarán a la civilización con un nuevo nombre, un nuevo cuerpo, un nuevo espíritu y una memoria imborrable. 


AMAZONÍA
Día 16. Viaje a la Amazonía.  El amanecer ilumina de colores los blancos mantos de los nevados que se divisan desde el aeropuerto del Alto. Una necesaria despedida frente a ellos facilitará el dejar de verlos. Llevar ropa veraniega por debajo de los abrigos será necesario para el corto vuelo de media hora hacia la Amazonía. Los empañados vidrios del avión permiten tener una idea borrosa del  impresionante cambio geográfico que este vuelo significa, el súbito cambio de temperatura y perdida de altitud también lo denotan.  El panorama cambia de un frío café a un cálido verde. Antes de llegar a la piscina del hotel ya estamos bañados en sudor. El aire húmedo y rico en oxígeno nos hace sentir como si recobráramos vida, los interminables verdes y los sonidos de cientos de criaturas complementan ese sentir. Todo el día lo dedicamos a la contemplación, pero más importante a la aclimatación al calor y a los molestos mosquitos. Por la tarde una caminata al cerro nos abre el panorama de donde estamos: La unión de las planicies amazónicas con las primeras estribaciones andinas.

Día 17. Tour de tirolesa. Por la mañana un bote nos llevará río arriba por media hora hacia las montañas. Aquí, guías especializados nos hacen caminar una hora por un corto recorrido en el bosque que asciende el cerro. Llegamos a un lugar donde el guía se cuelga de un cable de acero y nos explica cómo hacer lo mismo. Una vez instruidos, subimos una última subida que nos coloca sobre una plataforma de madera de donde partiremos. Uno por uno, cargados de adrenalina, los integrantes se deslizan por los cables a la velocidad que les parezca. Éstas pueden alcanzar los 70kmph y la altura sobre el nivel del piso puede llegar hasta los 70 metros. Esto forma parte de una serie de terapias que el Amauta tiene previsto para vencer el miedo, en su taller de transformación chamánica. Se trata de un tour de canopy zip-line o tirolesa, muy seguro, y éste en particular es uno de los mejores del mundo. Nueve plataformas y mil quinientos metros de cable de acero se toma medio día recorrer.  La actividad para la tarde de este día será una agradable sorpresa.

Días 18-21. Expedición a Candelaria Madidi, el nuevo Paitití. Es hora de despedirse de la civilización nuevamente. Viajamos por tierra en jeep por un día hasta donde terminan todos los caminos. Seguimos a pie. Un equipo de nativos Tacanas sirven de guías y apoyo. Una cocinera se encarga de hacernos sentir cómodos y bien comidos durante todo el viaje.  Vamos a un lugar que posiblemente se trate del rincón más biodiverso de toda la Amazonía, y tal vez del planeta. Aquí los avistamientos de jaguares son cosa cotidiana. Es el último corredor entre las planicies amazónicas y las montañas de los Andes que no ha sido interrumpido por la depredación humana. Por la misma razón, transita una mayor cantidad de animales. 
El lugar se le ha presentado al Amauta Katari como el sitio para construir lo que será una comunidad ecológica y escuela de los saberes de la nueva era. Él le llama “El nuevo Paitití”. Un grupo de ecologistas habrían elegido con anterioridad este lugar y hecho de él una reserva privada de treinta y cinco mil hectáreas que colindan con las un millón ochocientas mil hectáreas del inigualable Parque Nacional Madidi. Ésta reserva colinda a su vez, con otras reservas, territorios indígenas y parques nacionales en Bolivia y Perú que en su conjunto superan los cinco millones de hectáreas de bosque protegido. Pero eso no es nada. Las áreas protegidas son sólo una pequeña parte de las decenas de millones de hectáreas de bosques no protegidos que los rodean. El proyecto “eco-aldea turística Paitití”, pretende apoyar en la conservación regional añadiendo esta reserva privada que con su infraestructura turística sostendrá un cuerpo de vigilancia que ayude a controlar las amenazas ambientales que existen en la región. Éste es sin duda el corazón de la Amazonía, su parte menos explorada y mejor conservada. El diseño del eco-aldea está terminado y a la espera de comenzarse a construir. La expedición servirá como exploración previa a la construcción de la eco aldea y servirá también para efectuar la ceremonia inaugural del nuevo centro de poder para la cual los participantes del viaje son una pieza clave. Durante los cuatro días que dura la expedición exploraremos los distintos rincones de la reserva buscando el lugar ideal para asentar la nueva comunidad. En el proceso descubriremos la inimaginable biodiversidad de esta región.

Día 22. Reposo en Rurrenabaque. Fotos de encuentros con animales que posiblemente no se han identificado aún por la ciencia no serán los únicos recuerdos de esta breve excursión. También lo serán ampollas, picaduras, cansancio y tal vez hasta una pequeña herida. Atenderla y descansar es el propósito de este día, donde la excursión más lejana será a la heladería. La comodidad del hotel y excelentes comidas de restaurante nos recargará de energía para los últimos días del viaje.

Días 23-27  Taller de transformación chamánica en el Parque Nacional Madidi. Del hotel nuevamente un bote será el que nos lleve a nuestro siguiente destino. Ésta vez el viaje dura solamente tres horas. Llegamos a una comunidad donde habitan ocho familias indígenas rodeadas de la infinita selva del Parque Nacional Madidi. Torewa Indígena es ideal para encontrar un equilibrio entre comodidad y naturaleza. Debido a su reducido número de habitantes, la selva alrededor de la aldea está muy bien conservada y los animales merodean muy cerca de ella. Recientemente acaban de terminar una cabaña que construyeron especialmente para recibir turismo y nos servirá de hogar durante los siguientes cuatro días. Seremos los primeros en estrenarla. Nuestra dieta se torna especializada en pescado local para prepararnos para la ceremonia final de ayahuasca. En este lugar comienza el taller de transformación chamánica. El objetivo de realizarlo aquí es el de estar en un lugar completamente en la naturaleza sin los ruidos y contaminación del mundo moderno. Aquí no hay caminos, luz eléctrica, señal de celular o perturbación alguna que irrumpa con un ambiente puro y prístino. Ir a pescar, cortar leña, bañarse en el río, oler el aroma a leña quemada, son cosas de todos los días. La amistad se torna más íntima y por las tardes la convivencia es esencial. Los ejercicios chamánicos de vencer el miedo se entrelazan con las actividades que la naturaleza demanda. Desarrollar brevemente la sensación de vivir en la naturaleza es uno de los propósitos de este taller y de este viaje. En el clímax de la estadía en Torewa, nos visitará un chamán especializado en dar a tomar la planta sagrada Ayahuasca. La búsqueda de visión se prolongará lo que sea necesario.

Día 28.  Fin del viaje. Nos despedimos de la Amazonía y tomamos nuestro vuelo de regreso a La Paz. Los que deseen pueden quedarse por sus propios medios, los que no, viajarán de regreso a su hogar. Los lazos creados entre los participantes del viaje encontrarán su camino hacia nuevos proyectos. Este día todos descubrirán que este no es el final del viaje chamánico, sino solo el comienzo.